La presencia y reclamo de adultos impidió la protesta de los jóvenes esta mañana en Tres Esquinas.
Llegamos a Tres Esquinas minutos antes de las siete de la mañana. La ruta vacía. Nos instalamos en el paradero que da a la Capilla y esperamos. Poco a poco fueron apareciendo vecinos rumbo a sus trabajos, en bicicletas o en un bus que los trasladó. En el horizonte el día comenzaba a despuntar y las nubes se tornaban rojizas por los rayos del sol.
A eso de las siete y media apareció un joven en bicicleta con dos neumáticos que dejó a la orilla de la ruta. Detrás otros tres jóvenes con implementos para iniciar el fuego. Cuando se disponían a hacerlo apareció un señor de edad y los retó diciéndoles que estaba bueno ya. Acto seguido tomó a un joven de un brazo y lo mandó para la casa. Seguramente era su nieto. Otra señora dueña de un negocio de la esquina, también los retó y les dijo que hicieran la protesta, pero no frente a su casa porque en la última se llenó del humo negro de los neumáticos.
Los tres jóvenes restantes se armaron de valor, tomaron los neumáticos y los pusieron en el cruce, los rociaron con parafina, le prendieron un fósforo y se fueron del lugar, quizás con rumbo a sus colegios, ya que uno de ellos vestía uniforme de un Liceo de Bulnes. Dijeron que no querían la presencia del alcalde en el sector, la que estaba anunciada para las nueve de esta mañana, por eso se retiraban.
El fuego se apagó y los neumáticos comenzaron a ser una barrera artificial contra el exceso de velocidad de los vehículos.
Nos retiramos del lugar pensando en que sucederá el día en que fallezca otro vecino a causa del exceso de velocidad que los conductores imprimen a sus vehículos al pasar por el centro poblado.