Si te preguntaran cuál es la luz más pura que viste, qué responderías? Para mí, la respuesta es una sola.
Con gran conmoción he visto como nos hemos acostumbrado a ver niños ofreciendo flores, cuidando autos, empaquetando en alguna caja de supermercados, vendiendo dulces, parches y de un cuanto hay en algún semáforo de cualquier ciudad.
Sin embargo, junto con detener el auto, nos hemos detenido como humanos y pensar si están bien otorgados los papeles en nuestra inobservante sociedad?
He tenido la oportunidad de servir y trabajar en un grupo social que se preocupa de trabajar con niños en sectores vulnerables, en compartir y ayudar en su formación espiritual y valórica.
Con otros tantos sabemos lo que es tirarse al suelo para recibir miles de abrazos, el esperar pacientemente en una puerta de baño y preguntar cada cinco minutos -¿estás listo?-, el estar tardes enteras recortando, pegando y ocupando témperas, que en definitiva van en directa dirección de tu cara, que curiosamente es el papel favorito que tienen los niños para pintar.
Es realmente escalofriante esa sensación de abandono que puedes percibir, escalofrío que creemos enmendar una vez al año cuando, a modo de paseo familiar, vamos a un conocido banco nacional durante la noche y donamos (post entrega de un distintivo que nos acredite socialmente como generosos) en una pegajosa cuenta.
Pues bien, hay otros que llevamos esa sensación de servicio como filosofía de vida, que no podemos ver que los niños se dediquen a hacer cosas que no les corresponden. LA VIDA DE UN NIÑO DEBE TENER UN SOLO SENTIDO: JUGAR DE SOL A SOL.
Hay que hacer algo, debemos remecer nuestras conciencias, estamos como sociedad obligados a erradicar el trabajo infantil, debemos garantizar las instancias de juego y esparcimiento sano para nuestros pequeños, es necesario prolongar en ellos esa maravillosa etapa de la “inocente irresponsabilidad” que es ser niños.
Si al comienzo de este artículo no pudiste responder cuál es la luz más pura que viste, te invito a jugar con los niños, a ser uno más, a trabajar por sacarles una sonrisa y una vez que los veas reír, puedes responderme sin problemas.
Gabriel.Marcelo.Molina.Garrido gabrielmolinagarrido@gmail.com